La #maraton que hizo "clic"

(NOTA PREVIA: este escrito lo escribo después de más de un mes de la Rock 'n' Roll Maraton de Madrid. Mi primera maratón. Y aún ahora se me eriza el pelo.)

Siempre oí que una carrera como la maratón, en un corredor popular, marca un antes y un después. Y obviamente por mucho que escuchara y leyera, que a esta distancia hay que tenerla un respeto, no me sirvió de nada. Y por mucho que repasé la planimetría de carrera, no me sirvió para nada.

Pues: no seguí mi plan de carrera y salí demasiado fuerte. No respeté a Madrid ni a su orografía. Y lo pagué, caro.

Llegué al kilómetro 25 (más o menos), con muy buen ánimo pero vacío de piernas, ya que, me enganché con una liebre que iba medio minuto más rápido por kilómetro, de lo que yo entrené. Y al ir hablando ni me enteré... Cosas del directo.

Del 25 al 30, tiré de cabeza y las cosas, aunque lentas, fueron más o menos. Bajé el ritmo pero seguí trotando. Aquí la cabeza empezó a traicionarme. Mostrándome los fantasmas del abandono, con la pájara de una de las liebres oficiales en casa de campo.

Y vino el famoso muro. Pero mi muro físico llegó mucho antes, en el 25. El muro al que me enfrenté fue mucho más duro, al menos para mí. El muro del "abandonaré por cafre", o del "pá que coño estoy haciendo esto". Andando y corriendo vacío de piernas y cabeza. Solo com la meta en la cabeza, en automático.

Después de la cuesta del kilómetro 30  ( la de detrás del recinto ferial de la Casa de Campo), solo me acuerdo claramente a día de hoy, más de un mes después, de un par de momentos. El primero, mi hija corriendo a mi lado en el kilómetro 36,5 , el beso de su madre y un "te quiero"; todo mezclado con unas terribles ganas de quitarme el dorsal y abandonar. Y el segundo la emoción que sentí, cuando pasé la meta. Una meta con la  soñé durante más de cinco horas. Cinco horas en las que sentí de todo.

Y es cierto eso que dice una viñeta de 72 kilos, te pasas 41 kilómetros diciendo "no vuelvo a correr", para pasar por meta y decir a pleno pulmón:

"NO DEJARÉ DE CORRER NUNCA"