Me siento bien, me siento raro
Me siento raro, resulta que después de irme a correr ayer por la tarde, y pegarme casi ocho kilómetro de carrera continua, no me encuentro tan machacado como me esperaba.
Maticemos este dato y pongámoslo en contexto.
Soy un tío, que no solía hacer mucho deporte, o por lo menos de manera regular. Alguna aventurilla en casa con unas mancuernas, y muchos meses de gimnasio pagados, y tirados a la basura. De hecho, en cuestión de un año, tres gimnasios y casi cinco meses pagados... ¡Vaya tela! Y hace ya casi dos años me dió por correr en la calle, al aire libre, sin salas y sin más compañía que mi movil con la radio puesta. Y, ¡oye!, que le pillé el gusto.
Digo casi dos años ya que después de correr de manera habitual casi cuatro días en semana (cuando no eran más) pesando en torno a noventa kilos, pues pasó lo inevitable, el sobreentrenamiento y de ahí la lesión. Lesión que a día de hoy sigue de vez en cuan recordándome que no se ha de hacer el bestia si quieres durar mucho. Pues hay que buscar el "justo medio".
Después de esta lesión que me dejó apartado del asfalto durante más de nueve meses, tuve que mantener la calma y no devorar kilómetros a lo Forret Gump, sin tón ni son. Había que marcarse un plan, e intentar , en la medida de lo posible, ceñirse a él.
El plan era sencillo era una sucesión de "cacos" (término que no habia escuchado en la vida, pero que era nada más que la sucesión concatenada de CAminar y COrrer, en series; de dos a cuatro series), en progresión hasta la una carrera continua inicial de 15 minutos, e incrementando ésta en 5 más en cada salida para lograr mi primer objetivo, 30 minutos.
Bien, elegido el plan, ahora hay que relaizarlo, y más importante, seguirlo.
Comencé el día 15 de agosto con un peso de 98 kilos, en unos 179 cm de talla, y no corriendo más de 4 Km. Estaba "fuertecito"... Y hecho una pena.
Si bien es cierto que a día de hoy no he adelgazado mucho (estoy, en el momento de escribir estas lineas en 95,2 Kg), mi volumen ha dismunuido, y mi resistencia ha mejorado.
Ahora... Volvemos donde estábamos. No estoy tan machacado como cabía esperar, ya que me he tirado el mes de vacaciones, del que he difrutado, sin hacer nada de nada... Ya me vale, con lo bien que iba.
Volví a la rutina de costumbre (ya por fín, lejos de "cacos"), volví a trotar libre. Y como en el anuncio de Aquarius, me vine arriba, y cuando el móvil cantó los 4 kilómetros caí en la cuenta de que tenía que volver. Y menudo camino de vuelta, no caes en los falsos llanos hasta que te pillan de subida. O de los repechines que te dan vidilla en la bajada parecen cumbres borrascosas cuando ya vas cansado. Pero aunque sufrí un poco en el último tramo de 2 Km, arrastrando mi cuerpo de 95 kilazos en canal, reconozco que llegando a casa me sentí con la increible sensación del trabajo bien hecho.
Aún queda mucho trabajo que hacer, señores. Vamos en buen camino.
Maticemos este dato y pongámoslo en contexto.
Soy un tío, que no solía hacer mucho deporte, o por lo menos de manera regular. Alguna aventurilla en casa con unas mancuernas, y muchos meses de gimnasio pagados, y tirados a la basura. De hecho, en cuestión de un año, tres gimnasios y casi cinco meses pagados... ¡Vaya tela! Y hace ya casi dos años me dió por correr en la calle, al aire libre, sin salas y sin más compañía que mi movil con la radio puesta. Y, ¡oye!, que le pillé el gusto.
Digo casi dos años ya que después de correr de manera habitual casi cuatro días en semana (cuando no eran más) pesando en torno a noventa kilos, pues pasó lo inevitable, el sobreentrenamiento y de ahí la lesión. Lesión que a día de hoy sigue de vez en cuan recordándome que no se ha de hacer el bestia si quieres durar mucho. Pues hay que buscar el "justo medio".
Después de esta lesión que me dejó apartado del asfalto durante más de nueve meses, tuve que mantener la calma y no devorar kilómetros a lo Forret Gump, sin tón ni son. Había que marcarse un plan, e intentar , en la medida de lo posible, ceñirse a él.
El plan era sencillo era una sucesión de "cacos" (término que no habia escuchado en la vida, pero que era nada más que la sucesión concatenada de CAminar y COrrer, en series; de dos a cuatro series), en progresión hasta la una carrera continua inicial de 15 minutos, e incrementando ésta en 5 más en cada salida para lograr mi primer objetivo, 30 minutos.
Bien, elegido el plan, ahora hay que relaizarlo, y más importante, seguirlo.
Comencé el día 15 de agosto con un peso de 98 kilos, en unos 179 cm de talla, y no corriendo más de 4 Km. Estaba "fuertecito"... Y hecho una pena.
Si bien es cierto que a día de hoy no he adelgazado mucho (estoy, en el momento de escribir estas lineas en 95,2 Kg), mi volumen ha dismunuido, y mi resistencia ha mejorado.
Ahora... Volvemos donde estábamos. No estoy tan machacado como cabía esperar, ya que me he tirado el mes de vacaciones, del que he difrutado, sin hacer nada de nada... Ya me vale, con lo bien que iba.
Volví a la rutina de costumbre (ya por fín, lejos de "cacos"), volví a trotar libre. Y como en el anuncio de Aquarius, me vine arriba, y cuando el móvil cantó los 4 kilómetros caí en la cuenta de que tenía que volver. Y menudo camino de vuelta, no caes en los falsos llanos hasta que te pillan de subida. O de los repechines que te dan vidilla en la bajada parecen cumbres borrascosas cuando ya vas cansado. Pero aunque sufrí un poco en el último tramo de 2 Km, arrastrando mi cuerpo de 95 kilazos en canal, reconozco que llegando a casa me sentí con la increible sensación del trabajo bien hecho.
Aún queda mucho trabajo que hacer, señores. Vamos en buen camino.

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