Sorpresas agradables
Es increible cuando conoces a gente a la que admiras y no te defrauda ni un ápice. Por lo menos en las distancias y tiempos cortos (habría que comprobarlo con periodos más largos pero no ha habido ocasión). Es el caso de una persona a la que día de hoy admiro, pero que también es una inspiración para muchos otros.
Hasta hace algún tiempo solo escuché de él acerca de sus andanzas en pruebas de larga distancia o ultramaratones. De hecho, supe de él cuando avandonó en el 7 islas (2013), y la gente se le echó encima por haberse retirado. Los "haters" aparecían de debajo de las piedras, que dónde estaba su lema, que no se había preparado. Críticas de todos los colores. A parte de el shock mediatico, me quedé sorprendido como un tío que de deportista de élite tenía poco, podía, con esfuerzo y constancia, correr semejantes barbaridades de kilómetros. Matizo lo de deportista de élite: a lo que me refiero a que ni estaba federado, ni tenia, por lo menos para mí, repercusión mediatica alguna hasta ese momento (lo descubrí meduante un conocido mío, que era uno de dichos "haters"). Al indagar un poco en la web me fijé en que esas pruebas son accesibles a todo el mundo y ahora, motivado quizás por su ejemplo, me planteo realizarlas.
Fuera del ámbito deportivo y fijándome en una faceta más personal, descubro que fue una persona que se ha ahorrado mucho tiempo, sabiendo CLARAMENTE lo que queria hacer con su vida y a lo quería dedicarse. Esto ahorra una cantidad de tiempo importantísima ya que ahora, yo, con mis casi treinta años empezo a vislumbrar lo que quiero hacer con mi vida. Y que rendimiento espero de ella.
Hace algo más de una semana, tuve la suerte de conocerle en persona, y me sorprendieron dos cosas, primera y más evidente es que era más alto de lo que esperaba. No me malinterpreteis, sabía que era alto pero no creía que lo fuera tanto. Y segunda, y es algo que me encantaría imitar, aprender o domesticar de mi caracter, es el hecho de que, aún yo sabiendo lo que sabe o gana, no desprende ni un ápice de superioridad, ni de chulería o prepotencia alguna. Aguantó como un campeón el cerro de preguntas al que le sometí sin despeinarse. Para el que aún no sepa de quíen hablo, se trata de Josef Ajram.
Un placer haberle conocido.
Hasta hace algún tiempo solo escuché de él acerca de sus andanzas en pruebas de larga distancia o ultramaratones. De hecho, supe de él cuando avandonó en el 7 islas (2013), y la gente se le echó encima por haberse retirado. Los "haters" aparecían de debajo de las piedras, que dónde estaba su lema, que no se había preparado. Críticas de todos los colores. A parte de el shock mediatico, me quedé sorprendido como un tío que de deportista de élite tenía poco, podía, con esfuerzo y constancia, correr semejantes barbaridades de kilómetros. Matizo lo de deportista de élite: a lo que me refiero a que ni estaba federado, ni tenia, por lo menos para mí, repercusión mediatica alguna hasta ese momento (lo descubrí meduante un conocido mío, que era uno de dichos "haters"). Al indagar un poco en la web me fijé en que esas pruebas son accesibles a todo el mundo y ahora, motivado quizás por su ejemplo, me planteo realizarlas.
Fuera del ámbito deportivo y fijándome en una faceta más personal, descubro que fue una persona que se ha ahorrado mucho tiempo, sabiendo CLARAMENTE lo que queria hacer con su vida y a lo quería dedicarse. Esto ahorra una cantidad de tiempo importantísima ya que ahora, yo, con mis casi treinta años empezo a vislumbrar lo que quiero hacer con mi vida. Y que rendimiento espero de ella.
Hace algo más de una semana, tuve la suerte de conocerle en persona, y me sorprendieron dos cosas, primera y más evidente es que era más alto de lo que esperaba. No me malinterpreteis, sabía que era alto pero no creía que lo fuera tanto. Y segunda, y es algo que me encantaría imitar, aprender o domesticar de mi caracter, es el hecho de que, aún yo sabiendo lo que sabe o gana, no desprende ni un ápice de superioridad, ni de chulería o prepotencia alguna. Aguantó como un campeón el cerro de preguntas al que le sometí sin despeinarse. Para el que aún no sepa de quíen hablo, se trata de Josef Ajram.
Un placer haberle conocido.
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