Cambiar una bombilla en familia
Hay que ver lo que se complica un simple cambio de plafón, cuando tienes una niña tan jóven como la mia. Y ya partiendo del hecho de que una mañana-tarde planeada como "en pareja", patrocinada por los abuelos de turno, se ha ido torciendo, esto ya ha sido el no parar.
Ya a primera hora de la mañana (para los que no tengais hijos, la primera hora de padres primerizos de hijos pequeños suelen ser como a las 11:00, entre el desayuno, vestirse, arreglarse y demás imprevistos), nos hemos aventurado con suma osadía (y ya sin la peque, para ir más rápido y poder aprovechar el día mejor) al Ikea. Si, lo sé, sólo se nos ocurre a nosotros. No os digo nada, sabeis lo que es un sábado en Ikea. Solo digo que he visto guerras con menos gente...
De ahí, como no teníamos suficiente y se nos han hecho las mil, hemos comido por ahí. Eso ha estado genial. Para qué engañarnos. Comer sin la peque por un día. Sin los gritos. No me malinterpreteis, adoro a mi nena pero se agradece un día de paz conyugal. De ahí planebamos ir a una exposición, cosa que se ha torcido por no haber aforo. ¡Yupi!
Y aquí la explicación de la entrada, con todo lo acaecido en este maravilloso día, sin darnos cuenta de ha hecho muuuuy tarde. Pero teníamos que cambiar los plafones que que fuimos a cambiar al Ikea (de ahí el valor que tuvimos al ir un sábado a comprar allí). Es tarde, ya ha anochecido, con los plomos bajados, "porsiaca", la niña (que ya la habíamos ido a recoger a casa de los abuelos) llorando, porque va tarde parala ducha y la cena. En resumen: cambio de tres plafones, entre hora, y hora y media... Vaya tela.
A ver que tal se da el dia mañana.
Ya a primera hora de la mañana (para los que no tengais hijos, la primera hora de padres primerizos de hijos pequeños suelen ser como a las 11:00, entre el desayuno, vestirse, arreglarse y demás imprevistos), nos hemos aventurado con suma osadía (y ya sin la peque, para ir más rápido y poder aprovechar el día mejor) al Ikea. Si, lo sé, sólo se nos ocurre a nosotros. No os digo nada, sabeis lo que es un sábado en Ikea. Solo digo que he visto guerras con menos gente...
De ahí, como no teníamos suficiente y se nos han hecho las mil, hemos comido por ahí. Eso ha estado genial. Para qué engañarnos. Comer sin la peque por un día. Sin los gritos. No me malinterpreteis, adoro a mi nena pero se agradece un día de paz conyugal. De ahí planebamos ir a una exposición, cosa que se ha torcido por no haber aforo. ¡Yupi!
Y aquí la explicación de la entrada, con todo lo acaecido en este maravilloso día, sin darnos cuenta de ha hecho muuuuy tarde. Pero teníamos que cambiar los plafones que que fuimos a cambiar al Ikea (de ahí el valor que tuvimos al ir un sábado a comprar allí). Es tarde, ya ha anochecido, con los plomos bajados, "porsiaca", la niña (que ya la habíamos ido a recoger a casa de los abuelos) llorando, porque va tarde parala ducha y la cena. En resumen: cambio de tres plafones, entre hora, y hora y media... Vaya tela.
A ver que tal se da el dia mañana.
Comentarios