Los bipolares tóxicos

Hoy me he sentido como no me sentía hace mucho tiempo. Raro e incómodo, quizás más desconcertado. No conmigo, si no con la actitud de otros hacia mí.

Es triste descubrir cuan rara (entendamos rara, cómo de dificil comprensión o incoherente en su comportamiento) es la gente que te rodea. Ya se que es un tema del todo manido el hecho de que en esta vida, solo puede confiar en dos o tres personas, y que amigos como tales, tienes, a lo sumo, diez.

Esta retahila de tópicos resulta del pensar en acompañantes de mi vida, personas con las que compartí vivencias (y parte del camino) que por unas cosas o por otras, van pasando y quedándose. No por gusto, si no por no arrastrar peso muerto inútil. Personas que en un momento determinado te utilizaron como báculo para ayudarse a salir de una situación complicada, o solo como un amigo fiel, algo incólume en un momento de arenas movedizas. Alguien que les ha apoyado.

Triste descubrir que cuando, esas personas se sienten de nuevo fuertes, abandonan la relación, como si fuera algo de lo que quisoeran deshacerse. Algo que les recuerda lo mal que estivieron. Lo más incoherente del asunto es que dichas personas, normalmente se deshacen prodigando las virtudes de la "antigua escuela", a saber: honradez, honor, lealtad, fidelidad a la palabra de uno mismo... ¡Menuda paradoja! El mejor estandarte (según ellos mismos), resulta que es el que primero viola dichos principios.

Cada vez tengo menos paciencia para estis individuos, menos mal que la gente que me quiere, me quiere de verdad.

¡Qué pena!, menudos bipolares. Toca hacer limpieza de contactos y ver quién vale la pena.

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