Mi super-heroína

Algunos os preguntareís, cómo puedo compaginar entrenamientos diarios de una hora de media, con una hija de siete meses, una casa que cuidar y compromisos sociales varios. Pues es simple. Tengo una de las mejores compañeras de viaje del mundo. Y no lo digo yo.

Todos mis conocidos en un momento determinado ponen a caer de un burro a sus parejas. Que sí "la cabrona se pone a pasar el asipirador cuando he trabajado de noche", que si "no me entiende cuando la digo que no quiero salir"... Aquí con los ejemplos tengo mucho y muy variado, pero no me quiero enrollar demasiado.

Cuando buscan con la mirada un gesto cómplice por mi parte no lo encuentran. Y me preguntan extrañados, ¿por qué? Mi mujer no me despierta cuando he trabajado de noche y se encarga de que mi pequeña no me despierte en mitad de la noche cuando trabajo por las mañanas. Me apoya en todas mis ideas descabelladas, por muy locas que estas sean. Y todo esto la nace de dentro.

Uno de los mejores halagos que escuché a uno de mis amigos decir, fue algo así como "envidio tu relación y el que tengas la mujer que tienes, ya no quedan como ella". Y es que, aunque me pesara decirlo (que no me pesa):

Tengo la mejor mujer del mundo. ¡Una super mujer!

Y es que detrás de todo corredor/soñador/loco de la colina, existe alguien que soporta todas nuestras gilipolleces.

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